LA CUARESMA

La Cuaresma es la preparación para vivir profundamente la Semana Santa donde se acompaña la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, quien dio su vida y derramó hasta la última gota de su sangre por nosotros y que muchos aún no somos conscientes de este hermoso y más grande acto de amor de nuestro Padre al sacrificar a su único Hijo por todos nosotros.

Así como Nuestro Señor Jesús se preparó durante cuarenta días en el desierto (Mc 1, 12-13) con ayuno, oración y penitencia para poder obedecer a su Padre, así debemos nosotros prepararnos interior y exteriormente y que cada instante de nuestra vida sea una oración en nuestros diferentes roles: trabajador, padre, hijo, hermano, amigo, etc.

La Cuaresma es la oportunidad para fortalecer nuestra vida espiritual y hacer una conversión radical y dejar de ser católicos por momentos o tibios.

Iniciamos este proceso con la celebración del Miércoles de Ceniza, aun cuando no estemos en gracia de Dios (confesión), o no asistiendo a misa continuamente, los animamos a actuar ya y que nos comprometamos en este tiempo litúrgico para empezar a vivir como un verdadero católico, que seamos capaces de devolverle a Jesús su sacrificio incruento en la cruz y desafiar al mundo moderno.

Tips para vivir una buena Cuaresma:

 Oración: “La iglesia invita a los fieles a una oración regulada: oraciones diarias, Liturgia de las Horas, Eucaristía dominical, fiestas del año litúrgico.” Cat. 2720

Orar es conversar con Dios, es un diálogo con Dios; donde el alma se sana, se libera, encuentra felicidad, regocijo, paz y el infinito amor de Dios. Nos da la fortaleza y templanza para mantenernos en nuestro vivir.

  • Con la oración encontramos un arma poderosa para superar obstáculos.
  • La oración nos acerca a Dios, estrechando nuestra relación con el Padre.
  • Con la oración encontramos dirección clara y oportuna en momentos de crisis. A su vez evita que tomemos decisiones equivocadas.
  • La oración nos da confianza y nos trae paz, eliminando nuestras preocupaciones y afanes.
  • A través de la oración actuamos con sabiduría y nos protege de las tentaciones.
  • La oración nos guía para seguir la santa voluntad de Dios.

Cuando oramos tenemos fortaleza espiritual y aprendemos a ser agradecidos con Dios.

Ayuno: es una forma de piedad, una disciplina espiritual, una forma de agradar a Dios y debe hacerse con esa intención. Es renunciar al consumo total o parcial de alimentos por un día con el propósito de lograr autocontrol sobre los deseos corporales. Este debe ser acompañado de oración y lectura de la palabra. (Is 58; Za 7; He 13, 2, Mc 2, 18)

Es obligatorio el ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

El ayuno tiene muchos beneficios, Dios da grandes gracias cuando lo hacemos frecuentemente.

  • Con el ayuno de palabra aprendemos a controla los vicios de la lengua, de soberbia, del ego y da gran virtud de paciencia, prudencia y sabiduría.
  • Con el ayuno de los ojos aprendemos a limpiar los ojos de todo lo mundano y todos los vicios que entran al alma. Se descontamina el Ser.
  • Con el ayuno de los alimentos aprendemos a controlar el impulso carnal, y vuelven las acciones a ser controladas por el espíritu, se llega al desapego verdadero y al abandono en Dios.
  • El ayuno de pensar en el «yo» permite ponerse en total servicio a los demás y olvidarse de sí mismo. Este ayuno enseña caridad, amor y disciplina. Acrecienta la obediencia y la humildad.  Mensaje 56 dado a Judith el 3 de Mayo de 2016.

 

Penitencia: es el sacramento de la confesión; efectuado con arrepentimiento, mortificación y contrición de corazón, presentándose ante el sacerdote para acusar sus pecados obteniendo la absolución y así reconciliarse con Dios.

  • A través de la penitencia se obtiene de la misericordia de Dios, el perdón de los pecados.
  • Con la penitencia interior encontramos una reorientación radical de toda la vida, un retorno a Dios con todo nuestro corazón.
  • La penitencia mueve al pecador a soportarlo todo con el ánimo bien dispuesto: en su corazón, contrición; en la boca, confesión; en la obra, toda humildad y fructífera satisfacción.
  • La penitencia trae como beneficios la paz interior, fortalece el alma y engrandece el espíritu.

A través de la oración, ayuno y penitencia lograremos una auténtica conversión que deberá ser manifestada en nuestro diario vivir, es decir obedeciéndole a nuestro Padre con el cumplimiento de sus mandamientos y sacramentos, con humildad y confianza en él.

La Misión Io Eros nos exhorta a seguir buscando a Dios en el día a día y que esta Cuaresma sea para vivir en sometimiento a Dios, siendo agradecidos y obedientes, hasta la segunda venida de Jesús y así no perder la Vida Eterna.

“Por eso estén vigilando y orando en todo tiempo para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder, y puedan estar de pie delante del Hijo del Hombre”. (Lc. 21, 36)

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