Por: Carlos González Merlano
Jesús, te amo. Dame la Gracia para hacer todo de acuerdo a Tu Santa Voluntad. Pongo todo en Tus Manos Sagradas y me olvido de mis propias necesidades y deseos. Mi Jesús, quiero llegar a decirte: Todo lo que digo y hago es conforme a Tu Santa Voluntad – haz conmigo según la Voluntad de Dios.»
Quiero vivir en Ti y que Tu vivas en mi. Someto todo según lo que dé Gloria a Dios. No tendré motivos egoístas; no tendré deseos ocultos de complacerme a mí mismo y haré todo lo que pueda, en esta vida, para estar en plena unión Contigo. Yo te entregaré cada pensamiento, cada movimiento, cada paso y cada acción para que Tú puedas actuar dentro de mi alma. Yo confío en Ti, pero ayúdame a confiar en Ti por completo. Sé que todo lo que Tú haces, todo lo que Tu permites y todo lo que llevas a cabo, con el fin de purificar la tierra, tiene un solo objetivo y es el de dar Gloria a Dios.
Yo, por mí mismo, no puedo darte tal regalo, a menos que permitas que Tu Espíritu Santo resida en mí. Transfórmame para que mi corazón y mi alma lleguen a estar entrelazados Contigo. Entonces así, Tu podrás, mi Jesús, por Tu Divinidad, hacer grandes milagros en mi alma por haber confiado en Ti completamente, conservando el derecho que me ha dado Dios: el libre albedrío.
Permitir que Tu, Jesucristo, residas dentro de mi, requiere un gran sacrificio de mi parte. Por esto, pido tu auxilio para arrojar todo pensamiento altivo, toda debilidad y toda señal de autocompasión. Me dirijo a Ti, te pido humildemente que me guíes. Te pido la Gracia de ser incapaz de sentir odio por otros, incluyendo a los que me causan un gran daño o dolor y así perdonar fácilmente, sin mantener algún resentimiento en mi corazón, para que cualquier circunstancia por difícil que pueda ser, la vea como Tú la ves.
Todo lo bueno viene de Dios. Yo solo no puedo alcanzar la Paz, por esta razón, me ofrezco a Ti en mente, cuerpo y alma. Te regalo mi plena confianza para que residas en mi alma y así la conviertas en parte de toda Tu Gloria. Eleva mi alma a Ti, Señor.
Deseo con toda mi alma, mente, espíritu, corazón y ser, estar preparado para Tu Gran Gloria – Tu Reino Glorioso, donde se vivirá toda la vida de acuerdo a la Voluntad de Dios, en la Tierra como en el Cielo.
Señor, te pido con todo el amor del que soy capaz que Tu Voluntad quede arraigada en mi alma y viva mi vida de acuerdo a todos tus deseos, que nunca más vuelva a experimentar el odio en mi corazón, de cualquier clase. Tú, Señor eres incapaz de odiar y si Tu vives en mi alma, entonces nada puede permanecer dentro de Mi que no venga de Tí.
Que todo sea para la Gloria de Dios, te lo pido en el nombre del Padre, del Hijo, del Espiritu Santo y en el Inmaculado Corazón de nuestra Madre María. Amén.