Testimonio “Dios Habla”: Familia Alvarado

Somos una familia Católica residentes en Bogotá, Colombia. Conformada por padre, madre y 4 hijos, la mayor es médica, tiene 33 años, casada y una hija, el segundo hijo, tiene 32 años, vive en Cartagena con su esposa e hijo, el tercer hijo tiene 22 años, es ingeniero mecánico, y la menor tiene 18 años y está estudiando relaciones internacionales. Nuestra vida espiritual se basaba en ir a misa los domingos, rezar el rosario en el mes de mayo, y asistíamos a todas los actos litúrgicos en semana Santa, por lo tanto, nunca salíamos de paseo en estos días, pues teníamos claro que la semana Santa es para dedicársela a Dios.

En abril del año 2012, en nuestra casa se empezaron a sentir cosas extrañas, pasos, sombras, ruidos a media noche, luces y televisores que se prendían y apagaban solos, en conclusión, era la presencia de un espíritu maligno. Sentíamos mucho miedo, no dormíamos tranquilos, teníamos pesadillas y no podíamos bajar solos a la cocina porque enseguida nos asustaban, sentíamos la presencia de alguien que nos asechaba, nos pasaba un escalofrió que recorría todo el cuerpo, un miedo terrible nos invadía, hasta el punto de gritar.  La Mama y la hija mayor, eran las más afectadas, porque en ciertos días sentían mucho cansancio, pesadez en los ojos, y punzadas en la cabeza o en el pecho, no podíamos vivir tranquilos. Empezamos a acercarnos más a Dios por medio del Santo Rosario, la Santa Eucaristía  y la visita al Santísimo, en familia.

Después de varios meses, Dios puso en nuestro camino a un sacerdote exorcista quien nos ayudo mucho, recorría la casa con incensó, agua bendita y  junto a él orábamos. Por unos cuantos días el espíritu abandonaba la casa y volvíamos a tener paz. Pero después de varios días, el espíritu regresaba más agresivo y  teníamos que intensificar nuestras oraciones a Dios y a la Santísima Virgen María para que nos protegiera.

Nos invitaron a un Santuario ubicado en un apartamento diagonal a nuestra casa donde se reza el Santo Rosario todos los miércoles a las 7 de la noche, se llama Rosario de Dios Padre, desde el primer día sentimos la presencia de Dios, una paz inundaba nuestro ser, y el Señor nos liberaba sintiendo unas ganas de llorar incontrolables, en otras ocasiones un calor en el pecho y a veces sentíamos una mano sobre la cabeza que nos reconfortaba y consolaba. El día 25 de agosto, la hija menor, tuvo un sueño, en el que veía la Santísima Virgen dentro de la casa y el día viernes 28 de Agosto del 2015 mientras rezábamos el Santo Rosario en nuestra casa, durante el último misterio doloroso, que es la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo, estábamos todos de rodillas y la hija mayor, sintió que alguien la miraba, levantó la cara al techo y allí vio a nuestra Madre del cielo, la Santísima Virgen María, tenía un manto blanco y una corona, al principió pensó que era su imaginación, pero luego al estar segura, dijo a la familia: “la virgencita está aquí”, todos la vimos y nos sentimos alegres. Al siguiente día nos dimos cuenta que aparecieron otras imágenes como la de Nuestro Señor Jesucristo, los ángeles, junto con algunos santos del cielo. Desde ese día hasta ahora, empezamos a recibir bendiciones, tanto que el espíritu maligno, se hizo débil y abandono la casa.

El 6 de enero del 2016, nos fuimos como de costumbre a rezar el Santo Rosario al santuario, ese día Dios Padre llamó a la misión Io- Eros a la hija menor y tres meses después en la vigilia de pentecostés, recibiendo el Espíritu Santo, Dios llamó a toda la familia, donde hemos crecido espiritualmente, aprendiendo de sus mensajes y felices de poder servir al Padre Celestial.

Gracias a esta experiencia de vida, podemos dar fe, que al perseverar en la oración y abandonarnos en Dios, se puede lograr lo imposible y queremos invitarlos a que nos demos cuenta que, Él nos habla y pide que regresamos a Él, para que juntos nos subamos al arca de la Alianza de Dios Padre Misión Io-Eros y así lograr salvarnos.

 

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